lunes, 5 de octubre de 2015

Hermione es la mujer de un licántropo

Blaise Zabini devolvió el libro a Dumbledore, y como siempre la cena apareció al instante de que el director anunciara la cena. Kreacher se esmeraba en guisar, y los que más disfrutaban de la cena eran Ron, los gemelos Prewett y los gemelos Weasley. Todos comían y platicaban, bueno, en realidad casi todos, porque a Remus se le había quitado el apetito, después de lo que escucho él estaba nervioso e inquieto.
«No parecía una bola de cristal… más parecía la luna llena» Esa oración no dejaba de repetirse en la cabeza de Remus.
Lupin levanto la cabeza de su plato y miró a Hermione, esta escuchaba con atención a Ginny.
—No te preocupes, Lunático, ella no lo sabe —le susurró Sirius, al notar la preocupación de su amigo.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —le preguntó Remus, en el mismo tono de voz.
—Vamos, Lunático, tú no dejarías que averiguaran tu secreto tan fácilmente —respondió el ojigris.
—James, Peter y tú lo descubrieron —rebatió Lupin.
—Eso es porque somos muy inteligentes —respondió James.
—Y Hermione también lo es —dijo Remus, mirándola con disimulo.
—No te adelantes a los hechos, Remus. No lo sabe —dijo Sirius.
—Y si lo sabe, no le importa tu condición —alegó James—. Y ahora como un poco, o en la madrugada te dará hambre y ahora no podemos infiltrarnos en la cocina.
Remus asintió, y se llevó un bocado a la boca.

Por su parte Hermione también estaba nerviosa, nunca creyó que el autor de los libros hubiera captado su comentario. Comentario que había hecho sentir mal a Remus, a su Remus.
—Ya deja de culparte —le dijo Ginny por lo bajo.
—Lo hice sentir mal —respondió Hermione.
—No lo has descubierto, simplemente fue un comentario que hiciste en el pasado —insistió Ginny.
Hermione no respondió, simplemente se quedó pensando ¿y se voy junto a él y le explico el porqué de mi comentario? No seguramente eso lo empeoraría y él daría por hecho que se su secreto, y eso a la vez haría que él se aleje de mí, poniendo así en peligro nuestro futuro.
La cena transcurrió, pero Hermione y Remus estaban metidos en sus propios pensamientos.
La cena termino y el primero en ir a su habitación fue Snape, luego lo siguieron Astoria y Draco, esté último entro a la habitación de su novia, queriendo tener algo de privacidad. Y así poco a poco los demás se ibas retirando a sus habitaciones para poder descansar un poco. Hasta que al final los únicos que quedaban eran los merodeadores, Lily, Harry, Ron, Ginny, Luna y Hermione.
El ambiente era tenso, nadie sabía que decir.
—Bueno, creo que nosotros también deberíamos ir a dormir —dijo Harry, rompiendo el silencio.
—Sí, tienes razón hermano —estuvo de acuerdo Ron—. Vamos, Hermy, tú tienes que descansar más.
Luna asintió estando de acuerdo con su novio.
—Ron tiene razón —dijo Luna.
—Sí. Me siento un poco cansada —admitió la castaña.
—¿Te sientes mal, Hermione? —le preguntó Harry con preocupado.
—No, solo estoy un poco cansada, y…
—Tal vez te sientes mal, por tener que cargar esa enorme panza de la felicidad que tienes —dijo Sirius riendo, a la vez que señalaba el vientre de la castaña.
James también rió por las ocurrencias de su amigo. Lily frunció el ceño y le dio un ligero codazo a James para que dejara de reír.
—¡Sirius! —le reclamó Remus—. ¿Cómo se te ocurre decir eso? —en verdad Lunático parecía enojado.
—Que grosero eres, Sirius, ya comprobé que de adolescente eres peor —dijo Hermione, visiblemente ofendida.
—Oh, vamos, solo era una broma, castaña.
—Te doy un consejo —le susurró Ron a Sirius—, no hagas bromas respecto a su embarazo, o te encontraras con una fiera.
—Te oí, Ronald —medio gritó la castaña—, eres un insensible.
—No le hagas caso, Mione, ya sabes cómo es Ron —le dijo Harry con una sonrisa sincera.
Hermione asintió.
—Sí, ya sabes cómo es de idiota mi hermano —agregó Ginny.
Ron hizo una mueca al escuchar el insulto, pero no le dijo nada a Ginny porque sabía que empezaría una discusión donde seguramente sería él el que terminaría perdiendo, y hasta terminaría recibiendo un Mocomurciélagos.
La castaña se hizo una coleta dejando a la vista su cuello, Remus y Sirius la miraban, pero de pronto los dos le prestaron más atención al cuello níveo de Hermione.
El licántropo estaba sorprendido por lo que vio en el cuello de la castaña y Sirius miraba con curiosidad la marca de la castaña.
—¿Qué tienes…? —empezó a preguntar Canuto.
—¡Cállate! —le dijo Remus a Sirius en un tono que solo él le pudiera escuchar.
—Buenas noches —Hermione se despidió de todos. Pasó por el lado de Remus y le sonrió cálidamente,  el licántropo también le sonrió, pero con cierto nerviosismo.
La castaña se dirigió a su habitación seguida de sus amigos, claro que antes estos dos también dieron las buenas noches, y Harry aprovecho para darle un beso de buenas noches a su madre y un abrazo a su padre.
Lily se quedó mirando cómo se alejaban su hijo y sus amigos.
—Yo también me voy a dormir —dijo Lily, beso a James y se despidió de Sirius y Remus—. Ah, y Sirius, deja de estar haciendo comentarios maleducados —agregó la pelirroja.
—No prometo nada, pelirroja —dijo Sirius.
Lily negó con la cabeza.
Cuando solo quedaron los merodeadores, James miró curioso a sus amigos.
—¿Qué sucede? ¿Por qué miraban tanto a Hermione? —les preguntó.
—Yo que sé —contestó Canuto, encogiéndose de hombros—, pregúntale a Lunático.
James miró interrogante a su amigo castaño.
—Sirius le iba a hacer una pregunta imprudente a Hermione.
—No era una pregunta imprudente, solo era una pregunta inocente —aclaró el ojigris.
Remus negó con la cabeza, y se puso tenso.
—Nos los vas a explicar o quieres que lo adivinemos —dijo James.
Remus poso su vista en sus dos amigos.
—Es que… —Lupin se pasó una mano nerviosamente por su castaño cabello—, esa… marca…
—… tiene la forma de una mordida —completo Sirius.
—¿Qué? No entiendo —dijo Cornamenta.
Lupin estaba inquieto, se sentía avergonzado por lo que iba a confesar.
—Hermione es la mujer de un… licántropo —dijo Lupin.
Ahora Remus entendía porque Hermione fue la única que había descubierto lo que era su boggart, y porque no lo despreciaba como hubiera hecho cualquier otra chica que sospechara de su condición. Pero ahora él estaba completamente seguro, Hermione sabía que él era un licántropo y no lo repudiaba porque su esposo también eran un licántropo.
—¿Qué? —gritaron James y Sirius.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó James.
—Por la marca que tiene en el cuello…
—Esa marca que tiene que ver con que Hermione sea la mujer de un licántropo —lo interrumpió Sirius.
—Se supone que esto nadie lo sabe, son contados las personas que lo saben, es una especie de secreto entre licántropos —sus amigos lo miraban expectantes—, cuando el hombre lobo y su pareja, están en pleno acto… sexual… —Lupin se sonrojo—, en la pasión desbordada que sienten, lleva que la bestia domine al hombre y entonces hace que marquen a su pareja, y lo hacen mordiéndole el cuello —James y Sirius estaban sorprendidos, y Remus cada vez más sonrojado—, no sienten dolor al ser marcadas por el momento de éxtasis, pero esa marca nunca se borra, queda ahí para siempre, aunque ellos se separen o el lobo muera, la mujer siempre llevara su marca, hasta el último día de su vida.
—¿Pero por qué las marcan? —preguntó James.
—Las marcan para que ningún otro licántropo la tome, ellos al verla marcada, la respetan porque saben que ya le pertenece a otro licántropo. Y eso no es todo, al ser marcadas, también eso quiere decir que ellas solo pueden tener hijos del lobo que la marco. A mi parecer es un acto muy primitivo y repugnante.
—¿Y tú marcarias a tu pareja, Lunático? —preguntó Sirius.
Lupin lo miró.
—No lo sé, yo no quisiera hacerlo, pero no estoy seguro si en ese… momento… no lo sé.

Hermione después de dar las buenas noches a todos se fue a su habitación seguido de Crookshanks.
La castaña bostezó a la vez que se sentaba al borde de su cama.
—¡Ay, Crookshanks! —susurró Hermione, acariciándole detrás de las orejas a su gato—. Quisiera que Remus estuviera aquí conmigo, con nosotros —se corrigió, posando su otra mano en su abultado vientre—. Luche tanto para estar con él, y lo perdí tan pronto. ¡No es justo! No es justo que él haya muerto, dejándome sola, porque aun teniendo a mis amigos junto a mí no es lo mismo que si Remus estuviera junto a mí, viendo como mi embarazo avanza.
Respiró profundo tratando de contener las lágrimas.
—Cuantas discusiones que tuve con Ron en cuanto se enteró de mi relación con Remus —recordó Hermione, y sonrió levemente—. En especial la primera en cuanto Ron se me adelanto y le conto a Harry sobre mi relación.

Flashback
—Hermione —llamó el pelirrojo.
—¿Qué? —respondió la chica.
—Dime que no es verdad —exigió.
—¿De qué me hablas, Ron? No te entiendo.
—De Lupin —el chico pronunció el apellido del licántropo como si fuera una grosería.
Hermione frunció el ceño.
—¿Qué quieres saber?
—Hermione, dime que no. No puede ser verdad que estés con Lupin —le reclamó Ron.
—¿Y por qué no? —dijo Hermione.
—Porque es mucho mayor que tú, podría ser tu padre, además yo estoy seguro de que no lo quieres.
—Que Remus es mayor que yo, pues sí, es mayor, ¿y eso que? Y que podría ser mi padre, por favor Ron, tú conoces a mi padre, y sabes perfectamente que no es Remus. Aunque en algo si tienes razón, yo no quiero a Remus —Ron sonrió—, yo lo amo con todo mi corazón.
Yo lo amo con todo mi corazón, esas palabras hicieron enfurecer al pelirrojo.
—Estás loca, Hermione, no puede ser verdad lo que me estás diciendo —Ron negaba con la cabeza—, ya sé, ya sé cuál es tu juego, como no lo vi antes —Hermione lo miraba con desconcierto—. Me quieres castigar por haber estado con Lavender antes y no contigo, ¿cierto? Estás celosa —se acercó a la chica y quiso abrazarla, pero ella se alejó antes.
—No, Ron, no estoy celosa y mucho menos te quiero castigar, y si, reconozco que Lavender no me gustaba para ti, pero no era por celos, era porque creía que merecías a alguien mejor. Y sobre eso de que crees que estoy loca, pues tal vez lo esté, pero de amor por Remus…
—¡Mentira! —gritó Ron, y tenía la cara tan roja como su cabello.
—Estoy enamorada de Remus desde que era nuestro profesor en el tercer curso, Ron —aclaró la chica.
—No, no, no, y no, me niego a creerlo —volvió a gritar el pelirrojo—. Tú me amas a mí, Hermione —Ron abrazo a la castaña y está ahora no pudo zafarse.
—Suéltame, Ron, me lastimas.
—Me amas a mí, Hermione —Ron estaba fuera de sí, y trato de besarla a la fuerza.
—No —Hermione ladeó la cabeza, y Ron solo logro besarle la mejilla. Pero este no se dio por vencido y volvió a intentarlo—. He dicho que no, Ron —uso todas sus fuerzas para separarse del pelirrojo.
—Sé que tú me amas —insistía Ron y se volvió a acercar a Hermione tomándola del brazo.
—No, suéltame, Ron —gritó Hermione.
En ese momento entro en la escena un pelinegro, que al escuchar los gritos de sus amigos quiso averiguar que pasaba.
—¿Qué está pasando? —preguntó Harry, mientras Hermione seguía tratando de soltarse del pelirrojo—, déjala, Ron —exigió.
—Tú no te metas en esto, Harry —dijo Ron, tomando del brazo de Hermione con más fuerza.
—Ron, por favor, suéltame —pidió Hermione.
—Ya basta, Ron, déjala, o le arrancaras el brazo —Harry se metió e hizo que su amigo soltara a Hermione, y poniendo detrás de él a la chica, preguntó—: ¿Qué te pasa? ¿Por qué la tratas así?
Ron rió sarcásticamente.
—Que te lo diga ella —señaló a Hermione.
Harry miró hacia atrás, para luego volver a mirar al pelirrojo.
—Te lo estoy preguntando a ti.
—Pues, resulta que Granger —Harry y Hermione se sorprendieron al escuchar que la llamaba por el apellido—, tiene una relación con Lupin.
Harry parpadeó varias veces, parecía confundido.
—¿A qué te refieres? ¿Una relación con Lupin? —preguntó con confusión—, creo que todos tenemos una relación con Lupin, ¿no? Digo todos somos amigos, estamos en un mismo bando…
—No me refiero a eso, Harry —dijo Ron con enojo.
—¿Entonces a qué? —preguntó Harry.
—Pues… —empezó Ron.
—Yo se lo diré, gracias, Ronald —dijo Hermione, y miró a su amigo pelinegro—, lo que Ron quiso decirte es que Remus y yo… somos pareja —Harry miraba a Hermione y a Ron como esperando algo—, somos novios —aclaró Hermione.
Harry empezó a reír como si le hubieran contado un buen chiste, reacción que Hermione nunca se imaginó, se hubiera esperado que gritara o que le hiciera todo un drama como lo había hecho Ron, pero nunca que riera.
Luego de unos minutos Harry dejo de reír al ver que ni Ron ni Hermione reían.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no se ríen? Es obvio que es un chiste, ¿no? Aunque déjame decirte Hermione que a ti no se te dan bien las bromas…
—No es un chiste, Harry, yo en verdad estoy con Remus —dijo Hermione lentamente.
Harry abrió la boca sorprendido y se fijó bien en los rostros de sus amigos, Ron estaba rojo de la furia, mientras que Hermione, parecía feliz, pero también enojada.
Fin del Flashback

—Te volveré a ver en mi presente y futuro, Remus. Haré todo lo posible para que así sea —prometió Hermione, acariciándose el vientre.
Se levantó de la cama y caminó hacia el baño, se lavó los dientes y la cara y se puso su pijama. Volvió a bostezar y se acostó en su mullida cama, Crookshanks también subió a la cama y se acostó a sus pies.