—Buenos días a
todos —empezó a hablar—, mi nombre es… Neville Longbottom.
Todos miraron
sorprendidos a la pareja de esposos Longbottom, pero sin duda los más
sorprendidos eran los padres del chico que se acababa de presentar.
Alice y Frank
estaba en shock.
—Mis padres son
Alice y Frank Longbottom —dijo Neville dándoles una sonrisa nerviosa a sus
padres, los cuales ya saliendo del estado de shock respondieron a su sonrisa
con otra—, soy un Gryffindor y ahora estoy cursando mi séptimo curso.
Los Gryffindor’s
aplaudieron a Neville.
Neville camino
hacia un costado, dando pase a la chica pelinegra para que se presente.
—Hola —saludó la
chica—, soy Pansy Parkinson.
Los merodeadores,
Lily, los Longbottom y Andrómeda reconocieron ese apellido de inmediato.
—¿Eres la hija de Edgar
Parkinson? —preguntó Andrómeda. Ese chico había sido su compañero de la casa de
Slytherin.
—Así es —respondió
la pelinegra, con voz un poco fría—. Mis padres son Violet y Edgar Parkinson.
Estoy cursando mi séptimo curso y como pueden ver soy una Slytherin.
—Se nota —susurró
Sirius.
Pansy se hizo a un
lado, dando pase a su rubio amigo.
El chico se acercó
a Pansy dando pasos elegantes, todos quedaron sorprendidos con la pose del
rubio, y Lucius y Narcisa sonrieron orgullosos de su futuro hijo.
Antes de comenzar
a hablar dirigió una mirada a todos, pudo notar a todos los Weasley, notando
entre ellos al gemelo muerto de George, pero que ahora se encontraba
sonriéndole con burla, y a los padres de estos mucho más jóvenes, a Sirius
Black —su tío— a Remus Lupin —su antiguo profesor de DCAO— mucho más jóvenes y
con vida, siguió mirando y pudo distinguir a James y Lily Potter —los padres de
su antiguo enemigo— vio Andrómeda Tonks —la hermana de su madre— y su esposo, a
Ojoloco Moddy, completamente distinto al de su época, puesto que el Moody de
1977 no le faltaba un pierna y su nariz incompleta está intacta. Par luego
dirigir una mirada a la mesa aparte donde se encontraban sentados su padrino
—Snape— al cual lo saludo con un asentimiento de cabeza, Snape lo miró
sorprendido. Y por último miró a sus padres, su madre lo miraba con ilusión, y
su padre lo miraba con una sonrisa arrogante en el rostro.
—Buenos días
—saludó con voz firme—, soy Draco Malfoy.
Sirius empezó a
murmurar cosas ininteligibles al ver parado ahí a ese rubio con poses de
aristócrata.
Todo un verdadero sangre pura, Sirius recordó perfectamente las palabras de su madre.
—Soy hijo de
Lucius y Narcisa Malfoy —continuó hablando el rubio—. Estoy cursando el sep…
—Como si no lo
hubiéramos deducido nosotros mismos por nuestra cuenta —interrumpió Sirius.
—Señor Black, no
interrumpa —lo regañó McGonagall—. Continúe, señor Malfoy.
Draco le sonrió
ligeramente a Sirius, y este solo lo miró serio.
—Como decía estoy
cursando mi séptimo curso, y como pueden ver, como buen Malfoy pertenezco a la
casa de Slytherin —Lucius volvió a sonreír orgulloso.
Dumbledore sonrió
a los chicos del futuro.
—Bienvenidos
señores Longbottom, Malfoy, y bienvenida señorita Parkinson —los chicos
asintieron—, pueden tomar asiento.
Los chicos
comenzaron a acercarse a sus familiares.
Neville tímidamente
se acercó a sus padres, mientras Draco y Pansy se acercaron a la mesa donde se
encontraba Snape y los padres del rubio.
Con los Longbottom
—Vaya, Neville,
viejo amigo —canturrearon los gemelos Weasley.
Neville los miró,
y aunque la directora McGonagall les haya dicho que Fred Weasley estaría
presente ahí, de igual manera le sorprendió verlo vivo después de que había
pasado meses de su muerte.
—George —saludó,
luego volvió a dirigir su mirada al otro gemelo—, ¡Fred! —gritó con emoción,
dándole un abrazo.
Todos se dieron
cuenta inmediatamente de que a Fred lo había saludado con más efusividad.
—Se nota que
Neville me extraño más a mí que a ti Georgie —le dijo Fred a su hermano gemelo,
y así también tratando de evitar la mirad interrogativa de sus padres.
Neville se dio
cuenta del error que había cometido.
—Lo siento
—susurró.
—No importa
—también le susurraron los gemelos.
—Con ese saludo
parece como si no hubieran visto en mucho tiempo a Fred —comentó James.
Neville lo miró
durante unos segundos.
Es idéntico a
Harry, pensó.
—Sí, es cierto no
me veía desde hace meses porque yo estaba de viaje —nadie del pasado se dio cuenta de que cuando Fred menciono
la palabra «viaje», tenía un doble sentido, solo sus hermano lo entendieron, y
lo miraron tristemente—, pero regrese para venir al pasado con mis hermanos.
—Ya, James, deja
que Neville salude a sus padres —dijo Lily.
—Gracias, señora
Potter —contestó Neville, educadamente.
Lily se sonrojó al
volver a escuchar que la llamaban «señora Potter», pero nuevamente le agrado la
combinación de su nombre seguido del apellido de James.
—¿Neville? —dijo
Alice, llamando la atención del chico.
Neville dirigió su
mirada a sus padres. No podía creerlo ahí estaba sus padres, completamente
cuerdos.
—Mamá, papá
—susurró.
Lentamente se
acercó a ellos, los miró detenidamente, para luego abrazarlos a los dos a la
vez.
—Hijo —dijo Frank.
Todos los amigos
de los Longbotton sonrieron al verlos. Molly con sus hormonas alborotas de
embarazada, soltaba lágrimas de alegría al verlos.
—Me da tanto gusto
verlos —dijo Neville, con los ojos brillantes.
—Porque nos dices
eso, que acaso no estamos contigo en el futuro —preguntó Alice, separándose un
poco de Neville, para poder verlo a los ojos.
—Eh… —susurró el
chico.
Alice no espero la
respuesta de su hijo y volvió a preguntar.
—¿Estamos muertos?
—Es por eso que no
estábamos contigo despidiendo en el andén la primera vez que fuiste a Hogwarts
—preguntó ahora Frank.
—No. No estaban
muertos —se apresuró a contestar Neville.
Alice y Frank
suspiraron aliviados.
—¿Entonces por qué
dices que te da gusto vernos? Es como si no estuviéramos contigo —dijo Alice.
Los demás estaban
expectantes a la respuesta de Neville, puesto que también les sorprendió que
sus amigos no estuvieran en el andén despidiendo a su hijo.
—Bueno, yo no
puedo contar nada, todos debemos escuchar enterarnos de los distintos sucesos
mediantes los libros. Pero lo único que les puedo asegurar es que están con
vida —respondió Neville.
No podía decirles
que no se crio con ellos porque una loca los torturo hasta llevarlos a perder
la razón y que ahora se encontraban internados, sin saber si quiera que él era
su hijo.
Los Longbottom
asintieron no muy convencidos.
—Algo oculta
—susurró James a sus amigos.
—Tal vez no sea
nada malo —susurró también Remus.
—Está bien, no te
preocupes, no te obligaremos a que nos cuentes nada —dijo Frank.
—Nos da tanto
gusto de tenerte aquí —Alice besó la mejilla de su hijo, Neville le sonrió
tiernamente a su madre.
Luego de un buen
rato de estar Neville platicando con sus padres, se dio cuenta de que era
observado por muchas personas.
Volteó para mirar
a los demás.
—Oh, lo siento
mucho, que mal educado soy, no los he saludado —se disculpó Neville.
—No te preocupes
—dijo Andrómeda, sonriendo.
—¿Cómo están
señores Weasley? —saludó.
—Bien, bien,
Neville —contestó Molly maternamente.
—Sirius Black —dijo
luego de saludar a todos los Weasley.
El animago sonrió.
—Hola, Neville —saludó
muy jovialmente el ojigris—. ¿Y qué tal el futuro?
Se le ve tan
alegre y lleno de vida, nadie pensaría que será acusado y enviado a Azkaban
injustamente, pensaba Neville.
—Interesante —contestó
el chico—. Oh, Remus Lupin, ¿Cómo estás? —preguntó respetuosamente.
Neville apreciaba
mucho a Remus, puesto que él fue su mejor profesor de DCAO, y el que lo ayudo a
vencer a su boggart.
—Bien —contestó
Lupin, sorprendido de que Neville haya usado un tono muy respetoso al hablarle—.
¿Puedo saber cómo y en donde nos conocimos? —preguntó curioso.
—Claro. Nos
conocimos en Hogwarts.
—¿En Hogwarts? —preguntó
confuso Lupin.
—Así es, nos
conocimos en Hogwarts —afirmó Neville—, ya te enteraras según sigamos leyendo
los libros —concluyó.
Neville siguió
saludando a todos, mientras que en la otra mesa.
Con los Malfoy
Draco y Pansy se
encaminaron hacia la mesa donde se encontraban los padres del rubio y el futuro
profesor de pociones.
—Padre, madre
—saludó el rubio.
—Hijo —dijo
Narcisa, a la vez que le daba un abrazo a Draco.
Draco sonrió
ligeramente por el abrazo tan efusivo que le dio su madre.
Cuando Draco
estuvo fuera de los brazos de su madre, su padre lo saludó dándole unas cuantas
palmadas en la espalda, claro un Malfoy nunca muestra sus sentimientos.
—Eres todo un
Malfoy —le dijo su padre.
Draco rodo los
ojos. Luego miró al adolescente de rostro serio y de cabello y ojos tan oscuros
como una noche sin estrellas y sin luna.
—¿Cómo te va
padrino? —lo saludó Draco, sorprendiendo a Snape, por cómo se había referido a
él.
—¿Padrino?
—preguntó Snape.
—Sí, eres mi
padrino —Snape no sonrió, pero por lo menos relajo su rostro.
—Gracias, Narcisa,
Lucius —agradeció Snape, por haberlo hecho padrino de su único hijo.
Lucius asintió con
una sonrisa arrogante.
—No tienes que
agradecer, Severus —contestó Narcisa con una ligera sonrisa.
—Ella es Pansy
—presentó el rubio a sus padre y padrino.
—Narcisa, Lucius,
profesor Snape —saludó la pelinegra.
Sorprendiendo
nuevamente a Snape.
—¿Profesor?
—preguntó.
—Sí, eres
profesor, pero ya no te diremos más —respondió el rubio.
Snape asintió.
—Te pareces mucho
a tu madre —comentó Narcisa.
—Eso dicen —dijo
la pelinegra.
—Toda una
Slytherin como tus padres —ahora habló Lucius.
Pansy sonrió.
—¿Y Pansy y tú son
novios, Draco? —preguntó la rubia a su hijo.
—No, madre, nos
somos novios.
—Tuvimos una
relación hace años, pero mejor decidimos ser amigos —contestó Pansy.
—¿Por qué no?
—preguntó Lucius—, serian la pareja ideal, ambos sangre pura.
—Estoy
comprometido, padre —dijo el rubio.
—¿Con quién?
—preguntó Narcisa.
—Ya lo sabrán
—sonrió Draco.
—Profesor —dijo
Pansy dándose cuenta donde tenía la mirada Snape. Él quitó su miraba de Lily,
para enfocarse en la pelinegra—. Para animarle el día, le diré que no le hizo
nada fácil la estancia en Hogwarts al hijo de Potter.
Snape sonrió.
—Muchas gracias,
señorita Parkinson, me alegro que el hijo de Potter pagara todo lo que hizo el
padre.
Draco iba a
hablar, pero la voz del director lo interrumpió.
—Bueno, ya que los
jóvenes se han presentado y han charlado un poco con sus familiares, ahora es
tiempo de comenzar nuevamente a leer el libro. ¿Quién se había ofrecido como
voluntario para leer? —preguntó Dumbledore, sonriendo a la estancia.
—Yo leeré —se
escuchó la voz de Charlie Wesley.
Dumbledore hizo
levitar el libro hasta las manos de Charlie.
—Bien el siguiente
capítulo se titula “El sombrero
seleccionador”.
Pansy y Draco se
miraron con complicidad.
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