lunes, 29 de septiembre de 2014

Longbottom, Malfoy y Parkinson

—Buenos días a todos —empezó a hablar—, mi nombre es… Neville Longbottom.
Todos miraron sorprendidos a la pareja de esposos Longbottom, pero sin duda los más sorprendidos eran los padres del chico que se acababa de presentar.
Alice y Frank estaba en shock.
—Mis padres son Alice y Frank Longbottom —dijo Neville dándoles una sonrisa nerviosa a sus padres, los cuales ya saliendo del estado de shock respondieron a su sonrisa con otra—, soy un Gryffindor y ahora estoy cursando mi séptimo curso.
Los Gryffindor’s aplaudieron a Neville.
Neville camino hacia un costado, dando pase a la chica pelinegra para que se presente.
—Hola —saludó la chica—, soy Pansy Parkinson.
Los merodeadores, Lily, los Longbottom y Andrómeda reconocieron ese apellido de inmediato.
—¿Eres la hija de Edgar Parkinson? —preguntó Andrómeda. Ese chico había sido su compañero de la casa de Slytherin.
—Así es —respondió la pelinegra, con voz un poco fría—. Mis padres son Violet y Edgar Parkinson. Estoy cursando mi séptimo curso y como pueden ver soy una Slytherin.
—Se nota —susurró Sirius.
Pansy se hizo a un lado, dando pase a su rubio amigo.
El chico se acercó a Pansy dando pasos elegantes, todos quedaron sorprendidos con la pose del rubio, y Lucius y Narcisa sonrieron orgullosos de su futuro hijo.
Antes de comenzar a hablar dirigió una mirada a todos, pudo notar a todos los Weasley, notando entre ellos al gemelo muerto de George, pero que ahora se encontraba sonriéndole con burla, y a los padres de estos mucho más jóvenes, a Sirius Black —su tío— a Remus Lupin —su antiguo profesor de DCAO— mucho más jóvenes y con vida, siguió mirando y pudo distinguir a James y Lily Potter —los padres de su antiguo enemigo— vio Andrómeda Tonks —la hermana de su madre— y su esposo, a Ojoloco Moddy, completamente distinto al de su época, puesto que el Moody de 1977 no le faltaba un pierna y su nariz incompleta está intacta. Par luego dirigir una mirada a la mesa aparte donde se encontraban sentados su padrino —Snape— al cual lo saludo con un asentimiento de cabeza, Snape lo miró sorprendido. Y por último miró a sus padres, su madre lo miraba con ilusión, y su padre lo miraba con una sonrisa arrogante en el rostro.
—Buenos días —saludó con voz firme—, soy Draco Malfoy.
Sirius empezó a murmurar cosas ininteligibles al ver parado ahí a ese rubio con poses de aristócrata.
Todo un verdadero sangre pura, Sirius recordó perfectamente las palabras de su madre.
—Soy hijo de Lucius y Narcisa Malfoy —continuó hablando el rubio—. Estoy cursando el sep…
—Como si no lo hubiéramos deducido nosotros mismos por nuestra cuenta —interrumpió Sirius.
—Señor Black, no interrumpa —lo regañó McGonagall—. Continúe, señor Malfoy.
Draco le sonrió ligeramente a Sirius, y este solo lo miró serio.
—Como decía estoy cursando mi séptimo curso, y como pueden ver, como buen Malfoy pertenezco a la casa de Slytherin —Lucius volvió a sonreír orgulloso.
Dumbledore sonrió a los chicos del futuro.
—Bienvenidos señores Longbottom, Malfoy, y bienvenida señorita Parkinson —los chicos asintieron—, pueden tomar asiento.
Los chicos comenzaron a acercarse a sus familiares.
Neville tímidamente se acercó a sus padres, mientras Draco y Pansy se acercaron a la mesa donde se encontraba Snape y los padres del rubio.

Con los Longbottom
—Vaya, Neville, viejo amigo —canturrearon los gemelos Weasley.
Neville los miró, y aunque la directora McGonagall les haya dicho que Fred Weasley estaría presente ahí, de igual manera le sorprendió verlo vivo después de que había pasado meses de su muerte.
—George —saludó, luego volvió a dirigir su mirada al otro gemelo—, ¡Fred! —gritó con emoción, dándole un abrazo.
Todos se dieron cuenta inmediatamente de que a Fred lo había saludado con más efusividad.
—Se nota que Neville me extraño más a mí que a ti Georgie —le dijo Fred a su hermano gemelo, y así también tratando de evitar la mirad interrogativa de sus padres.
Neville se dio cuenta del error que había cometido.
—Lo siento —susurró.
—No importa —también le susurraron los gemelos.
—Con ese saludo parece como si no hubieran visto en mucho tiempo a Fred —comentó James.
Neville lo miró durante unos segundos.
Es idéntico a Harry, pensó.
—Sí, es cierto no me veía desde hace meses porque yo estaba de viaje —nadie del pasado se dio cuenta de que cuando Fred menciono la palabra «viaje», tenía un doble sentido, solo sus hermano lo entendieron, y lo miraron tristemente—, pero regrese para venir al pasado con mis hermanos.
—Ya, James, deja que Neville salude a sus padres —dijo Lily.
—Gracias, señora Potter —contestó Neville, educadamente.
Lily se sonrojó al volver a escuchar que la llamaban «señora Potter», pero nuevamente le agrado la combinación de su nombre seguido del apellido de James.
—¿Neville? —dijo Alice, llamando la atención del chico.
Neville dirigió su mirada a sus padres. No podía creerlo ahí estaba sus padres, completamente cuerdos.
—Mamá, papá —susurró.
Lentamente se acercó a ellos, los miró detenidamente, para luego abrazarlos a los dos a la vez.
—Hijo —dijo Frank.
Todos los amigos de los Longbotton sonrieron al verlos. Molly con sus hormonas alborotas de embarazada, soltaba lágrimas de alegría al verlos.
—Me da tanto gusto verlos —dijo Neville, con los ojos brillantes.
—Porque nos dices eso, que acaso no estamos contigo en el futuro —preguntó Alice, separándose un poco de Neville, para poder verlo a los ojos.
—Eh… —susurró el chico.
Alice no espero la respuesta de su hijo y volvió a preguntar.
—¿Estamos muertos?
—Es por eso que no estábamos contigo despidiendo en el andén la primera vez que fuiste a Hogwarts —preguntó ahora Frank.
—No. No estaban muertos —se apresuró a contestar Neville.
Alice y Frank suspiraron aliviados.
—¿Entonces por qué dices que te da gusto vernos? Es como si no estuviéramos contigo —dijo Alice.
Los demás estaban expectantes a la respuesta de Neville, puesto que también les sorprendió que sus amigos no estuvieran en el andén despidiendo a su hijo.
—Bueno, yo no puedo contar nada, todos debemos escuchar enterarnos de los distintos sucesos mediantes los libros. Pero lo único que les puedo asegurar es que están con vida —respondió Neville.
No podía decirles que no se crio con ellos porque una loca los torturo hasta llevarlos a perder la razón y que ahora se encontraban internados, sin saber si quiera que él era su hijo.
Los Longbottom asintieron no muy convencidos.
—Algo oculta —susurró James a sus amigos.
—Tal vez no sea nada malo —susurró también Remus.
—Está bien, no te preocupes, no te obligaremos a que nos cuentes nada —dijo Frank.
—Nos da tanto gusto de tenerte aquí —Alice besó la mejilla de su hijo, Neville le sonrió tiernamente a su madre.
Luego de un buen rato de estar Neville platicando con sus padres, se dio cuenta de que era observado por muchas personas.
Volteó para mirar a los demás.
—Oh, lo siento mucho, que mal educado soy, no los he saludado —se disculpó Neville.
—No te preocupes —dijo Andrómeda, sonriendo.
—¿Cómo están señores Weasley? —saludó.
—Bien, bien, Neville —contestó Molly maternamente.
—Sirius Black —dijo luego de saludar a todos los Weasley.
El animago sonrió.
—Hola, Neville —saludó muy jovialmente el ojigris—. ¿Y qué tal el futuro?
Se le ve tan alegre y lleno de vida, nadie pensaría que será acusado y enviado a Azkaban injustamente, pensaba Neville.
—Interesante —contestó el chico—. Oh, Remus Lupin, ¿Cómo estás? —preguntó respetuosamente.
Neville apreciaba mucho a Remus, puesto que él fue su mejor profesor de DCAO, y el que lo ayudo a vencer a su boggart.
—Bien —contestó Lupin, sorprendido de que Neville haya usado un tono muy respetoso al hablarle—. ¿Puedo saber cómo y en donde nos conocimos? —preguntó curioso.
—Claro. Nos conocimos en Hogwarts.
—¿En Hogwarts? —preguntó confuso Lupin.
—Así es, nos conocimos en Hogwarts —afirmó Neville—, ya te enteraras según sigamos leyendo los libros —concluyó.
Neville siguió saludando a todos, mientras que en la otra mesa.

Con los Malfoy
Draco y Pansy se encaminaron hacia la mesa donde se encontraban los padres del rubio y el futuro profesor de pociones.
—Padre, madre —saludó el rubio.
—Hijo —dijo Narcisa, a la vez que le daba un abrazo a Draco.
Draco sonrió ligeramente por el abrazo tan efusivo que le dio su madre.
Cuando Draco estuvo fuera de los brazos de su madre, su padre lo saludó dándole unas cuantas palmadas en la espalda, claro un Malfoy nunca muestra sus sentimientos.
—Eres todo un Malfoy —le dijo su padre.
Draco rodo los ojos. Luego miró al adolescente de rostro serio y de cabello y ojos tan oscuros como una noche sin estrellas y sin luna.
—¿Cómo te va padrino? —lo saludó Draco, sorprendiendo a Snape, por cómo se había referido a él.
—¿Padrino? —preguntó Snape.
—Sí, eres mi padrino —Snape no sonrió, pero por lo menos relajo su rostro.
—Gracias, Narcisa, Lucius —agradeció Snape, por haberlo hecho padrino de su único hijo.
Lucius asintió con una sonrisa arrogante.
—No tienes que agradecer, Severus —contestó Narcisa con una ligera sonrisa.
—Ella es Pansy —presentó el rubio a sus padre y padrino.
—Narcisa, Lucius, profesor Snape —saludó la pelinegra.
Sorprendiendo nuevamente a Snape.
—¿Profesor? —preguntó.
—Sí, eres profesor, pero ya no te diremos más —respondió el rubio.
Snape asintió.
—Te pareces mucho a tu madre —comentó Narcisa.
—Eso dicen —dijo la pelinegra.
—Toda una Slytherin como tus padres —ahora habló Lucius.
Pansy sonrió.
—¿Y Pansy y tú son novios, Draco? —preguntó la rubia a su hijo.
—No, madre, nos somos novios.
—Tuvimos una relación hace años, pero mejor decidimos ser amigos —contestó Pansy.
—¿Por qué no? —preguntó Lucius—, serian la pareja ideal, ambos sangre pura.
—Estoy comprometido, padre —dijo el rubio.
—¿Con quién? —preguntó Narcisa.
—Ya lo sabrán —sonrió Draco.
—Profesor —dijo Pansy dándose cuenta donde tenía la mirada Snape. Él quitó su miraba de Lily, para enfocarse en la pelinegra—. Para animarle el día, le diré que no le hizo nada fácil la estancia en Hogwarts al hijo de Potter.
Snape sonrió.
—Muchas gracias, señorita Parkinson, me alegro que el hijo de Potter pagara todo lo que hizo el padre.
Draco iba a hablar, pero la voz del director lo interrumpió.
—Bueno, ya que los jóvenes se han presentado y han charlado un poco con sus familiares, ahora es tiempo de comenzar nuevamente a leer el libro. ¿Quién se había ofrecido como voluntario para leer? —preguntó Dumbledore, sonriendo a la estancia.
—Yo leeré —se escuchó la voz de Charlie Wesley.
Dumbledore hizo levitar el libro hasta las manos de Charlie.
—Bien el siguiente capítulo se titula “El sombrero seleccionador”.
Pansy y Draco se miraron con complicidad.

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